lunes, 3 de diciembre de 2007

De: SARA SAN MARTÍN

NO FURIA DEL HURACÁN

Entre tu vida y mi vida

sólo puede caber Dios.
No caben monte ni piedra
entre tu amor y mi amor.
Entre tu vida y la mía
no cabe cumbre ni mar,
ni la esperanza ni el sueño
ni la calma ni el afán.
Ni quebrada, ni camino,
ni ave, ni río, ni flor.
Ni ojos de niño anhelando
lumbre de mi corazón.
Sólo caben roce de alas,
no furia del huracán,
estrellas que brillan lejos
rodando en la soledad.
No caben ni alma ni beso
ni la ausencia ni el adiós.
Entre tu vida y la mía
sólo puede caber Dios.
No caben del mundo nada.
Ni el llanto se ha de llorar.
Entre tu alma y mi alma
aguarda la eternidad.





ALZO MIS BRAZOS


Mi corazón tiene los altos escenarios
para todas las fiestas del amor hacia el mundo,
pero no descorrí sus cortinados todavía
y son títeres de ensueños mis anhelos.
Mientras tanto, me entremezco de amor.
El orbe puede caber en mí,
con todas sus tragedias y dramas solitarios.
Puedo abrir anchos caminos y motivar el sueño,
sobresaltarme de estaturas y cimas,
crear la criatura terrestre como el mejor presagio,
porque ella está hilvanando ya desde mi sangre,
todas las comarcas que habitaré mañana.
¡Alzo mis brazos! Por ellos circula parte de la tierra.
Un día abrazarán a un hombre y ya no seré yo,
pero por otras venas estaré retornando,
con otra voz y por distintas huellas.
Para ello sólo puedo ahora motivar un sueño
y aguardar al hombre que trae al amor
como una gran consigna.
Haré mi criatura con la tierra,
con estrellas y música, plena de amor.
Creciendo para dar nuevos rumbos a la vida.



EN MÍ ACONTECE LA NOCHE

Su tempestad de siglos se avecina.
Hemos visto quebrarse la última sonrisa

y en todas las medallas
busca el reverso su mitad más clara.
El secreto de lo terrible está en el silencio,
ha vuelto su latitud, invade con sigilo su sangre.
Nadie sabe de su órbita estática
lacerando mis segundos íntimos.
Pero algo acontece ya y el hombre tiembla.
Sólo yo sé cómo su escalofrío
comienza a desnudarlo...
Los sueños quieren ahora erguirse como inválidos
y la vida está descendiendo a subterfugio incógnito,
para buscarse un fundamento.
Ya no queda ningún temor para la criatura sobre el mundo.
Desde toda su índole quiere inventarse muertes.
Pero nadie sabe que lo nefasto ha muerto,
lo que está vivo es esta espera en silencio.
Lo que vive es la muerte.



Sara San Martín







4 comentarios:

alberto dijo...

Estoy abrumado con tanta poesia musical!
De hecho he aprovechado la poca tinta de mi impresora para robarte un par de letras que me han llegado muy dentro!

En momentos como los que vivo ahora mismo, me ahogo entre palabras como las de la poesía el Dolor!

Tengo que pasarme por tu maravilloso ecosistema mas a menudo, ya que me animas a levantarme y seguir caminando con fuerza.

Nocturna dijo...

Alberto, siempre eres bienvenido, infinidad de veces, lo serás!
Aunque me tengas en el olvido...

JR dijo...

que maravilloso blog, llego de un viaje hacia la amistad...
un fuerte beso Nocturna, todo en ti es perfecto como el Universo imperfecto.

Nocturna dijo...

Exageras, Juan!