martes, 15 de abril de 2008

YAMANDÚ RODRÍGUEZ

"El remate"


Falta el aire y sobran moscas,
este domingo de Enero.


El sol fríe las chicharras…
duerme un matungo azulejo…



Algunos pollos con árganas
están de picos abiertos.



En los charquitos de sombra
hay unas guachas bebiendo.


Por los caminos calientes
pasa la siesta en su lerdo.


Ojos azules de cardos
curiosean desde lejos
y asoman por als goteras
ojos azules de cielo…


Todo es dulce de tan pobre…!
Frente al rancho del estanteo
que anda con los cuatro codos
deshilachados de tiempo,
subasta un rematador
las pilchas de un criollo viejo.


Hay muchos interesados
son vecinos todos ellos,
muchachos que hast’hace poco
le llamaban: el agüelo.


Recostao en el palenque,
los mira tristón el viejo:
han ido a comprar barato
cosas que no tienen precio…
Y piensa con amargura:
Ya no da criollos el tiempo…!


__ “¿Qué vale este par de espuelas?”
Y las rodajas de fierro
son como dos lagrimones
que llorasen por su dueño.


Con ellos salió a ganar,
hace ya muchos inviernos,
la novia en un bagual blanco;
la vida en un bagual negro.


Los mozos suben la oferta:
__ “Doy diez, quince, veinte pesos!”
Disputan como caranchos
el corazón del agüelo.
Al escucharle se pone
rojo de vergüenza el ceibo.


__“Son suyas las nazarenas”
dice a uno el martillero.
Le han vencido las lloronas
hoy, por desgracia! Hoy, tan luego
que en el palenque, la vida
ató su bagual más negro…
y piensa con amargura:
Ya no da criollos el tiempo…!


Sacan a la venta un poncho,
donde garúan los flecos
para mojarle los ojos
al que se lo lleve puesto.
Tiene la boca surcida
Y lo gastó tanto el viento,
que al trasluz del calamaco
se ve la historia del dueño…
Guampas, chuzas y facones
lo cribaron de agujeros…
pero su filosofía
siempre le puso remiendos:
de día con un celeste;
de noche con un lucero.
__ Yo pago por esa pilcha
toda la plata que tengo!
__ Subo una onza la oferta!
__ Si no hay quién de más, lo quemo!


Entonces cai el martillo
en lo duro de silencio…
Un joven se lleva el poncho.
Y allí se acerca el gaucho viejo
está temblando de frío
en una tarde de Enero,
y piensa con amargura:
ya no da criollos el tiempo…!


Así pierde en la bajada
lo que ganó de repecho:
una a una las ovejas;
pilcha por pilcha, el apero…


Quisiera salvar del lote
su mancarrón azulejo,
pa que lo agarre la noche
en un caballo estrellero.
No tiene más que uno. Y ese
se lo quema el martilero!


Allí termina el remate.
Cobró su cuenta el pulpero.
Aura sí: al verlo de a pie
tan amargo, tan deshecho,
todos los rumbos arrollan
los lazos de los senderos
y son cuatro pialadores
que están esperando al viejo:
en cuanto quiera salir,
lo van a dar contra el suelo!


Entonces, aquellos mozos,
se acercan a defenderlo
y el más ladino le dice
entre temblón y risueño:
__ Todos compramos sus pilchas
pa’ salvárselas agüelo.
Aquí tiene sus espuelas…
Aquí tiene su azulejo…
Uno le trai en los brazos
igual que un niño, el apero
y otro le entibia las manos
con aquél poncho de flecos…
porque sigue dando criollos
muy lindos criollos, el tiempo!


Yamandú Rodríguez








3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lindísimo.

Anónimo dijo...

Lindísimo.

Anónimo dijo...

El abuelo alguna que otra tarde, me acuerdo,recitaba como mojones de la memoria...y porque se lo había aprendido en la escuela. Nos dábamos cuenta de la incursión, para buscar oyentes nomás,algunos nos quedábamos curioseando esa manera de mostrar un alma a traves de letras memorizadas en una escuela lejana en el tiempo y valores....Rara ya por entonces, cuando por intervalos lo escuchábamos....Sentado en su silla (madera y paja-hermosa silla,además). De rigor, el nombre del autor: con seguridad y voz firme "De Yamandú Rodríguez:El Remate".Silencio, como para ir atrayendo la curiosidad de algún posible oyente.Y ya sabíamos que iba para largo.....Inés